Historia del libro

La literatura se remonta a tiempos antiguos, esto no es desconocido para nadie. Los grandes clásicos de antaño ya se hallan en el inconsciente colectivo, así como los grandes poetas y dramaturgos de la antigüedad. Pero más allá de esto, los libros actuales tiene una historia particular.

Desde siempre han existido escritos en diferentes soportes, tablas cuneiformes, papiros, manuscritos y otros. La producción en serie de los libros antiguos, principalmente la biblia, se remonta a los monjes copistas, los que tenían por misión, como dice su nombre, hacer una copia fidedigna de un libro, a mano.

Gracias a los monjes copistas, la difusión de los libros clásicos de teología, por sobre el resto, llegaron a todos los rincones de Europa y más allá.

Estos copistas escribían dos a tres folios por día. Escribir un manuscrito completo les demoraba varios meses. Luego les tocaba a los ‘iluminadores’, los que estaban a cargo de ilustrar o realizar las iniciales miniadas o miniaturas en los espacios en blanco que dejaban los copistas.

Los copistas cobraron gran importancia en la edad media, pues era los encargados de copiar los libros sagrados, la biblia, en tiempos en que la iconoclasia gobernaba gran parte del mundo cristiano. En este contexto, la palabra de Dios era sagrada.

Estos tuvieron una tarea destacada hasta la aparición de la impresa a mediados del siglo XV. La aparición de esta nueva técnica de copiado significó una verdadera revolución en la producción de libros a gran escala.

Sin embargo, para tales fines fue necesario que otras industrias evolucionaran de gran forma. Entre estas, la industria del papel, la industria de la tinta, los metales, la prensa, el tipo móvil y el códice.

Gutenberg dio con la invención de la imprenta y varios de los productos para una producción constante en papel y otros materiales. Gutenberg creo tintas especiales a base de aceites. Además, mejoró la prensa para que el proceso de impresión fuera más preciso y correcto.

Ya en 1450 comenzaron a imprimirse pequeños libros y folletos. Los primeros libros en venderse como producto de la máquina de Gutenberg fueron 180 biblias, las que fueron adquiridas por altos cargos del clero a un excelente precio.

La imprenta se expandió durante el siguiente siglo a toda Europa e Iberoamérica, editando, en gran medida, bulas de indulgencia, calendarios y otras obras religiosas como Escala Espiritual para llegar al Cielo de Juan Clímaco en 1532 o La Breve y más compendiosa Doctrina Christiana de Juan de Zumárraga.

Desde este punto ya no hubo retorno. La palabra escrita se expandió durante los cuatro siglos siguientes con pequeños adelantos que lograron mejorar la velocidad del proceso. Luego la imprenta pasó por dispositivos electrónicos como la fotocopia, y hoy por hoy, la imprenta digital involucra nuevas técnicas digitales que mejoran su eficiencia.